El Mago
"[...] De él venía aquel perverso grito de socorro, - voy a ver si se le puede ayudar. Pero cuando llegó corriendo al lugar donde el hombre yacía en el suelo encontró a un viejo tembloroso, con los ojos fijos, y aunque ɐɹʇsnʇɐɹɐz se esforzó mucho por levantarlo y ponerlo de nuevo en pie, fue inútil. El desgraciado no parecía ni siquiera advertir que alguien estuviese junto a él; antes bien, no hacía otra cosa que mirar a su alrededor, con gestos conmovedores, como quien ha sido abandonado por todo el mundo y dejado solo. Pero al fin, tras muchos temblores, convulsiones y contorsiones, comenzó a lamentarse de este modo [...]
«Oh , estoy cansado, siento náuseas de mis artes, yo no soy grande ¡por qué fingir! Pero tú sabes bien que - ¡yo he buscado la grandeza!»
«Te honra, dijo ɐɹʇsnʇɐɹɐz sombrío, bajando y desviando la mirada, te honra, pero también te traiciona, el haber buscado la grandeza. Tú no eres grande. Viejo mago perverso, lo mejor y más honesto que tú tienes, lo que yo honro en ti, es esto, el que te hayas cansado de ti mismo y hayas dicho: “yo no soy grande”.
En esto yo te honro como a un penitente del espíritu: y si bien sólo fue por un momento, en ese único instante has sido - auténtico -.
- Y en este instante se hizo un prolongado silencio entre ambos; ɐɹʇsnʇɐɹɐz se abismó profundamente dentro de sí mismo, tanto que cerró los ojos. Mas luego, retornando, tomó la mano del mago y dijo, lleno de gentileza y de malicia:
«¡Bien! Por ahí sube el camino, allí está la caverna. deberias saber que final revienta el alma que se ha hinchado durante demasiado tiempo: y lo que sale es viento. Pinchar el vientre de un hinchado es lo que yo llamo un buen entretenimiento.
El día de hoy es de la plebe: ¡quién sabe ya qué es grande y qué es pequeño! ¡Quién buscaría con fortuna la grandeza! Un necio únicamente: los necios son afortunados.
¿Tú buscas grandes hombres, tú extraño necio? ¿Quién te ha enseñado eso? ¿Es hoy tiempo de eso? Oh tú, perverso buscador, ¿por qué me tientas?»
Así habló, con el corazón consolado, y siguió a pie su camino riendo.
[Escritos posthumos: me voy a caminar por la vida, como siempre, cagado de la risa]